Director de King Kong: Peter Jackson

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El cineasta Peter Jackson, mucho antes de dirigir la trilogía del Señor de los Anillos, había declarado públicamente, que desde el momento que vio por primera vez el film original cuando sólo tenía nueve años, su gran sueño, había sido siempre llevar a la gran pantalla este clásico del cine. De esta manera, y después de un breve descanso, nos presenta su particular visión cinematográfica de la emblemática historia de King Kong.

Jackson vuelve a reunirse con sus viejos colaboradores Fran Walsh y Philippa Boyens para coescribir la nueva versión del rey mono. Al igual que su trilogía, esta realización ha sido rodada en su Nueva Zelanda natal. Tanto King Kong, como las demás criaturas del filme, han sido desarrollados con tecnología CGI. El mismo Jackson es el artífice de Weta Digital, la empresa de efectos especiales premiada por la Academia de Hollywood.

Toda esta tecnología, hace posible una reconstrucción escrupulosa, metódica e hiperrealista del mito, aunque, como era de esperar, el nuevo argumento aporta más bien poco a la historia original. Este hecho no es un obstáculo para que el largometraje sea trepidante, emocionante e incluso romántico en algunas escenas.

La historia es muy similar: después de la presentación de los personajes y el desembarco en NY, y tras una larga travesía (durante la cual un marinero lee el Corazón de las tinieblas de Joseph Conrad), la expedición desembarca en la remota Isla Calavera para iniciar el rodaje de la película que Denham tiene pensado dirigir. Allí descubren a King Kong, que habita en una inmensa jungla virgen donde criaturas prehistóricas han vivido protegidas y ocultas durante millones de años. El ambicioso Denham, con su instinto capitalista para los negocios, advierte la fama y el dinero que pueden reportarle la captura del gorila y su exhibición como criatura de feria en Broadway. La octava maravilla del mundo puede ser la criatura que le haga millonario.

El largometraje cuenta con Naomi Watts, interpretando el papel de Ann Darrow, una atractiva actriz de vodevil en paro durante la Gran Depresión. En este Nueva York de los años treinta, es donde conoce a Carl Denham, al que da vida el popular actor californiano Jack Black. Un cineasta de la vieja Phineas T. Barnum, copropietario del gran circo al que pertenecían los integrantes de Freaks, La parada de los monstruos (Tod Browning, 1927-1932), que se presenta de forma casi documental en El mayor espectáculo del mundo (The greatest show on Earth, Cecil B. DeMille, 1952).

Barnum es el máximo expación de capitalistas que no paran ante nada con el objetivo de conseguir sus propósitos. Engañando y mintiendo, utilizan todos los medios (legales o no) a su alcance en pos de sus fines comerciales. Denham (P. T. Barnum) tiene un instinto natural para el mundo del espectáculo y una ambición sin límites. Por otro lado, y como contrapunto a este personaje, el oscarizado actor neoyorkino Adrien Brody hace el papel del héroe Jack Driscoll, un joven guionista y autor de teatral encargado de salvar a la chica, rol opuesto al personaje de Jack Black.

El clásico de RKO Radio Pictures fue dirigido por Cooper y Ernest B. Schoedsack en el año1933. El guión original es del director Merian C. Cooper, que, sin embargo, muere antes de finalizarlo, y son Ruth Rose (mujer del director Schoedsack) y James Creelman quienes finalmente escriben la versión que todos conocemos.

Son sobradamente conocidas, por la crítica internacional, las profundas raíces literarias del mito. El rey Kong procede de El mundo perdido de Sir Arthur Conan Doyle que también se encuentra de cuerpo presente en la saga del Parque Jurásico del multimillonario rey midas Steven Spielberg. Asimismo, es posible reconocer la influencia del país de Liliput del irlandés Jonathan Swift en sus Viajes de Gulliver.

Igualmente, se puede observar la influencia de Edgar Allan Poe – Los crímenes de la calle Morgue, en su representación del gorila como ‘alter ego’. Mr Hyde freudiano del subconsciente colectivo.