No es demasiado fácil encontrar precedentes para una serie como Los Simpson. Hasta la fecha (estamos hablando de principio de los 90) no se habían realizado unas animaciones con un humor tan corrosivo y unos planteamientos, a priori, tan transgresores. Quizá, los únicos con los que se pueden acercar de muy de lejos son Los Picapiedra, un modelo que también rompió moldes gracias al retrato que realizaba sobre la consumista clase media americana de los años 60 (estuvo en antena en EEUU de 1960 a 1966).

Ambas series comparten además la conducta irresponsable y pueril de sus personajes masculinos, que acaban siempre en situaciones absurdas. Si nos ponemos en situación, no resulta demasiado complicado intercambiar los roles de Pedro Picapiedra y Homer Simpson, con los que nos damos cuenta de que no resultan tan dispares.

Los títulos de crédito de Los Simpson presentan a los personajes con unos rasgos faciales más desfigurados que en capítulos posteriores. Esta anomalía es achacable a las mutaciones producidas por la central atómica. Con el tiempo y la serie fue ganando fama, estos rasgos tan deformados se fueron suavizando de cara a la popularidad y el merchandising de la marca.

Los títulos de crédito de Los Simpson sirven un poco como adelanto de la idea que los guionistas tienen de la serie. Bart aparece castigado escribiendo en la pizarra del colegio y sale a toda pastilla con el monopatín por las calles de Springfield. Mientras Homer, en un descuido absolutamente irresponsable, en su trabajo en la central, deja que un pedazo de material radiactivo se pegue a su espalda. La inquietud ecologista resulta un aspecto constante en la ideología general de la serie (Sale siempre en los créditos el inquietante pez de tres ojos, nadando en el lago de la central).

Aunque no hay que olvidar voces, como la de Daniel Estulin, que afirman que detrás de la oposición a las centrales están los intereses ocultos de unos pocos interesados en controlar un mundo dependiente del petróleo, ya que un escenario internacional formado por estados independientes energéticamente sería siempre más difíciles de someter.

En un principio, parecía que Bart iba ser el hilo conductor de la serie, sin embargo, como ocurre en otra muchas series, como por ejemplo Cuéntame, los progenitores son los que acaban llevado el peso de las series. Lo mismo que el cabeza de familia de los Alcántara se hace con el protagonismo, Homer, tiene unas implicaciones culturales y sociales de las que se puede sacar partido a un nivel al que no va a llegar Bart con su escasa edad, por mucho que se intente dar un perfil díscolo, travieso y subversivo a su personaje.

En cuanto al resto de integrantes de esta familia disfuncional: Marge es la abnegada ama de casa que, con la pequeña, hace la compra en el supermercado para toda la prole. Mientras Lisa Simpson, también expulsada por el profesor de clase de música, tiene la personalidad intelectual, inconformista y con conciencia social que nadie parece apreciar. Vuelve en bici a casa cargada con su saxo y un montón de libros, eso sí con el casco puesto para respetar las medidas de seguridad.

Todos se apresuran por llegar a la casa rosa de Los Simpson para tomar asiento frente al televisor, tótem e icono de culto familiar indiscutible.

Episodio 0

Sin Blanca Navidad

Guionista: Mimi Pond

Director: David Silverman

Duración: 23:09

Emitido el 17 de Diciembre 1989

En este episodio piloto los progenitores de Los Simpson, como una pareja corriente, acuden a la fiesta de navidad del colegio a presenciar las imprescindibles actuaciones por parte del alumnado. Hasta aquí todo más o menos normal, pero la momentánea tranquilidad de esta familia americana media se ve rota cuando tienen que gastarse el dinero del presupuesto navideño en quitarle un tatuaje a Bart y Homer, por su parte, se queda sin paga extra.

Los Simpson no pueden competir con los regalos, ni con las luces navideñas de sus vecinos, Los Flanders. Para poder llevar a cabo unas fiestas decentes Homer se ve obligado a trabajar a tiempo parcial como Santa Claus en los grandes almacenes, sin embargo, después de impuestos únicamente le quedan 13$.

Homer se va con Bart y Barney (El borracho oficial de la serie) a las carreras de perros para jugarse el sueldo. Apuesta por Aprendiz de Santa Claus y lo pierde todo, pero se lleva a casa el animal, último integrante de la familia.

Contra todo pronóstico, el episodio acaba con toda la familia unida en contra de las predicciones de Patty y Selma, cuñadas de Homer, solteronas amargadas, fumadoras compulsivas y gruñonas recalcitrantes.

Este forzado final feliz tan navideño al que estamos tan acostumbrados, tiene el edulcorado regustillo del título navideño por excelencia: ¡Qué bello es vivir!, del maestro Capra. En cuanto a que antepone los valores familiares al materialismo consumista de las fiestas navideñas.

Episodio 1

Bart el Genio

Guionista: Jon Vitti

Director: David Silverman

Duración: 23:05

Emitido el 14 de Enero 1990

Los títulos de crédito iniciales de Bart el Genio comienzan con el primogénito de Los Simpson escribiendo en la pizarra: No desperdiciaré la tiza. La familia disfruta de una tarde jugando al scrabble, que sirve para poner de manifiesto la escasa disposición de Bart para los juegos de cultura y su habilidad para la burla que acaban, como siempre, en tradicionales peleas con su padre.

Ya en el recreo escolar Bart perpetra en la pared una caricatura con la cara de Skinner, director del colegio, personaje soltero, dominado por su madre que según avanza la serie irá adquiriendo interesantes matices psicológicos por su personalidad desequilibrada de excombatiente en Vietnam. El director representa, de alguna manera, el papel del educador que no es capaz de hacerse con las situaciones.

Mientras Bart realiza un test de inteligencia, tiene uno de esas manifestaciones oníricas que tanto gustan a los guionistas, ya que sirven de pretexto para dar rienda suelta a su imaginación y talento creativo. Finalmente engaña a la Señorita Krabappel y cambia su nombre por el de Martin Prince (El empollón repelente, acusica de la clase) y con un supuesto coeficiente intelectual de 216 es enviado a un centro especial para niños superdotados.

Toda la familia se vuelca con él e intentan estimular su intelecto con diversas actividades. Este episodio nos deja el clásico de los varones de la familia haciendo ruidos de burla y pedos con el sobaco en el palco de la ópera Carmen.

Bart intenta aguantar en la escuela de genios, donde no pega ni con cola, para seguir manteniendo el cariño de su padre, sin embargo, termina confesando su trampa y vuelven las peleas y persecuciones de la partida de scrabble y todo vuelve a su cauce.

Episodio 2

La Odisea de Homer

Guionistas: Jay Kogen y Wallace Wolodarsky

Director: Wesley Archer

Duración: 23:07

Emitido el 21 de Enero 1990

Bart escribe en la pizarra: no patinaré en los halls y su clase va de visita escolar a la central nuclear donde los residuos radiactivos son indiscretamente recogidos debajo de la alfombra.

El encargado de aleccionar a los escolares sobre los beneficios de la energía eléctrica no es otro que el siempre servicial Smithers, que es de raza negra en este episodio. Su color de piel fue cambiado posteriormente para darle un mayor cariz homosexual y un trato más vejatorio por parte de su amo, el Sr. Burns. Su perfil psicológico de idolatría hacia el plutócrata y sus actitudes serían del todo inaceptables y no políticamente correctas si fueran las correspondientes a un negro. Siendo blanco el personaje tiene un mayor margen de maniobra que los guionistas explotan a todo trapo.

Bart distrae a su padre en la central, provocando un accidente y su despido fulminante. Homer no encuentra trabajo, se refugia en el alcohol y decide acabar con su vida. Sin embargo, se da cuenta de que hace falta una señal en el puente de los suicidios y así encuentra una razón para vivir.

Homer consigue que el ayuntamiento ponga el aviso y acaba forzando a que se señalice todo Springfield con los letreros más absurdos. Después de abrumar a todo el municipio, se da cuenta de que lo que realmente amenaza la comunidad es la central del Sr. Burns, que le ofrece un puesto de trabajo si cesan sus reivindicaciones. Con lo que todo vuelve a la normalidad.

Episodio 3

Hogar, Agridulce hogar

Guionistas: Al Jean y Mike Reiss

Directores: Gregg Vanzo y Kent Butterworth

Duración: 22:23

Emitido el 28 de Enero 1990

Bart escribe en la pizarra: no eructaré en clase y toda la familia Simpson acude al picnic anual en la mansión de Montgomery Burns. La celebración es un desastre porque Bart no para de armarla y Marge se emborracha. De esta manera Homer se propone convertir a su parentela en una familia normal, para lo que acude al médico que se anuncia por la tele: Marvin Monroe. El problema es que tiene que empeñar su electrodoméstico favorito, el televisor, para pagar el tratamiento de 250$.

El Dr. Monroe prueba todo tipo de terapias para resolver el problema de esta familia disfuncional, sin embargo todo fracasa y se ve obligado a devolver el doble con lo que Homer sale triunfante al comprar un nuevo televisor.

Este capítulo nos deja las secuencias en las que se electrocutan unos a otros hasta casi agotar la energía eléctrica y una más que pobre impresión sobre la medicina y sus practicantes y el primer episodio en antena de Rasca y Pica (Itchy y Scratchy), una especie de Tom y Jerry, convertidos en asesinos psicópatas. La serie de dibujos es más que ultraviolenta y por supuesto hace las delicias de los pequeños de la casa por su ‘jocosas atrocidades’.

Episodio 4

Bart, El General

Guionista: John Swartzwelder

Director: David Silverman

Duración: 22:23

Emitido el 4 de Febrero 1990

El tema central es el Bullying, ya que Nelson espera a Bart al acabar el colegio para darle su paliza diaria, los consejos de Homer no funcionan y pide ayuda al abuelo que le lleva a la tienda de Herman, el manco experto en estrategia militar.

Organizan a en la escuela un ejército armado con globos de agua para dar una lección a Nelson, que derrotado, firma la paz. El mensaje pacifista final es que la guerra no es glamurosa ni divertida. Nunca hay ganadores, solo perdedores. El episodio contiene varias referencias cinéfilas sobre Patton (Franklin J. Schaffner, 1970.

Aparece el abuelo Simpson, que da a la serie una versión muy particular de la tercera edad: en vez de dar el perfil del anciano alegre y lleno de vida, como ocurre en las series políticamente correctas, el abuelo de Los Simpson es una persona decrépita con demencia senil que da mucho juego porque es un es un tipo completamente irresponsable.

Episodio 5

El Blues de la Mona Lisa

Guionistas: Al Jean y Mike Reiss

Director: Wesley Archer

Duración: 23:05

Emitido el 11 de Febrero 1990

Bart escribe en la pizarra: no instigare a la revolución y Lisa es esta vez la que se siente decaída por sus dudas existenciales y la falta de alicientes, sin embargo Marge la apoya para que sea ella misma y encuentre el estímulo que necesita por medio de la música.

Gracias a Encías Sangrantes, saxofonista de Blues, Lisa se da cuenta de que no está sola y hay otras gentes que sienten las mismas inquietudes y sentimientos que ella.

Este episodio nos deja de nuevo una familia unida que siempre responde cuando más se necesita. Hay que destacar también las luchas encarnizadas entre Homer y Bart con el videojuego de boxeo. Homer toma lecciones de un experto (en edad escolar) en el salón de juegos, pero cuando va por fin a vencer a su hijo por primera vez la luz se va y Homer llora desesperado.

Episodio 6

El Abominable hombre del Bosque

Guionista: John Swartzwelder

Director: Wesley Archer

Duración: 23:05

Emitido el 18 de Febrero 1990

Bart escribe en la pizarra: no dibujaré chicas desnudas en clase. Homer compra una caravana destartalada para competir con la lujosa y resplandeciente roulotte de sus vecinos Los Flanders. Inmediatamente se van de excursión al campo.

Buscando ayuda, Homer y Bart se caen por un precipicio y acaban en el río, desnudos se tapan con barro y hojas y Homer es tomado por el Pies Grandes (el popular Bigfoot).

El descubrimiento despierta enorme expectación en la prensa, la comunidad científica y la opinión pública, ya que es capturado e identificado como el eslabón perdido en la evolución humana hasta que Marge le reconoce y las aguas vuelven a su cauce.

Episodio 7

La Cabeza Chiflada

Guionistas: Al Jean, Mike Reiss, Sam Simon y Matt Groening

Director: Rich Moore

Duración: 22:42

Emitido el 25 de Febrero 1990

Bart escribe: no vi a Elvis y comienza con Homer y Bart a punto de ser linchados por una multitud enfurecida y se recurre a un flashback que presenta a Homer escuchando el partido en la misa dominical. Se introduce al Reverendo Lovejoy, uno de los personajes más carismáticos de la serie.

Bart empieza a salir con los chicos malos de la escuela y para ganarse su respeto corta, vestido de ninja, y con nocturnidad y alevosía, la cabeza de la estatua del fundador de la ciudad; Jebediah Springfield.

A la mañana siguiente se asusta al ver la cabeza en su cama en clara referencia a la cabeza de caballo del Padrino (Coppola, 1972).

Bart recurre a Homer para deshacer el entuerto, pero son descubiertos y amenazados por la muchedumbre Bart devuelve la cabeza y hace un discurso público en favor de respetar el patrimonio y la memoria histórica. Olvidados hasta que se ven amenazados.

En este episodio aparecen varios pilares de la serie como son el sheriff Wiggum, Krusty y el payaso secundario Bob.

Episodio 8

Jacques, El Rompecorazones

Guionista: John Swartzwelder

Director: David Silverman

Duración: 23:06

Emitido el 18 de Marzo 1990

Homer regala a Marge una bola de bolos por su 34 cumpleaños y ésta, para vengarse, comienza a ir a la bolera, allí conoce a Jacques, un seductor profesor de bolos del que empieza a tomar lecciones.

Jacques quiere conquistarla y quedan en una cita romántica, pero en el último momento Marge se desvía y va a buscar a Homer a la central de la que salen en brazos como Richard Gere en el final de Oficial y caballero (Taylor Hackford, 1982).

Aparece Helen Lovejoy, esposa del reverendo. Cotilla local, es un personaje poco frecuente, pero de gran importancia en cuanto a su labor de comadreo dentro de la comunidad Springfieldiana. En este episodio queda claro que el adulterio no es uno de los puntos fuertes de la serie, siempre dispuesta a romper una lanza a favor de la unidad familiar y en contra de cualquier evento que la ponga en peligro.

Episodio 9

Homer se va de Juerga

Guionista: Jon Vitti

Director: Rich Moore

Duración: 23:03

Emitido el 25 de Marzo 1990

Bart escribe: no llamaré a mi profesor: pastel caliente. El pequeño saca una foto de su padre en una fiesta con sus compañeros, meneándose junto a una bailarina oriental.

La imagen se difunde por toda la ciudad hasta el punto que Marge echa a Homer de casa y éste se va a vivir a la pocilga de Barney.

Para ganarse el perdón Homer se lleva a Bart a ver a la chica para demostrarle que la es algo más que un objeto sexual. En el club, Bart se sube al escenario y les convence sobre el valor de las mujeres. Todos se van con sus esposas y el local nocturno se queda vacío. De nuevo, el discurso resulta bastante moralizante en su defensa de los valores tradicionales y de la institución familiar.

Episodio 10

Viva la Vendimia

Guionista: George Meyer, Sam Simon, John Swartzwelder

Director: Wesley Archer y Milton Gray

Duración: 23:10

Emitido el 15 de Abril 1990.

La frase de Bartholomew es: el chicle de ajo no es divertido. Sigue con sus trastadas tirando una bomba en el baño de la escuela y su desorden hace que Homer casi se mate resbalando con el monopatín. Skinner y los padres del niño deciden mandarle como estudiante de intercambio a Francia (los guionistas afirman que la historia se basa en El manantial de las colinas (Claude Berri, 1986).

Bart es explotado en los trabajos más duros en su granja de acogida, pero consigue hablar francés y explicar al gendarme su situación y cómo los impresentables gabachos echan anticongelante en el vino, el más execrable crimen que se puede cometer en nuestro país vecino.

Mientras tanto, el resto de la familia Simpson está encantado con Adil su huésped albanés, que se entretiene enviando información sobre la central a su país. El pequeño agente secreto es descubierto e intercambiado por otro espía mientras Bart es condecorado en Francia y vuelve a casa victorioso.

Adil tiene un punto muy bueno cuando, replicando a Lisa sobre la falta de libertades en su país, denuncia la desigualdad de EEUU, donde el 5% de la población tiene el 95% de la riqueza (todo no son vino y rosas en occidente).

Episodio 11

Krusty entra en Chirona

Guionista: Jay Kogen y Wallace Wolodarsky

Director: Brad Bird

Duración: 23:07

Emitido el 29 de Abril 1990

Bart: se ríen de mí, no conmigo. Krusty el payaso, acusado por Homer, testigo del robo al badulaque de Apu da con sus huesos en la cárcel. La sobreactuación de la policía y los SWAT en la detención son memorables.

Toda la comunidad se pone en su contra del astro mediático y el reverendo Lovejoy quema públicamente todo el merchandising de la franquicia Krusty en una pira como demoníacos productos del mal.

Solo Bart cree en la inocencia del payaso, y con la ayuda de Lisa desenmascara en directo al actor secundario Bob, que pretendía inculpar a Krusty para quedarse con su show y su imperio.

La impresión que nos dan del payaso es, como en todos los personajes públicos, muy crítica: se trata de un jugador compulsivo, derrochador, materialista, ignorante y disléxico que dista mucho de ser el héroe mediático que puede servir de modelo para los niños. También la imagen que da Apu, el dueño del badulaque resulta desconcertante.

Episodio 12

La Babysitter Ataca de Nuevo

Guionistas: Matt Groening y Sam Simon

Directores: David Silverman y Kent Butterworth

Duración: 23:23

Emitido el 13 de Mayo 1990

La frase de Bart es: no gritaré fuego en una clase abarrotada. Marge está harta de no ser querida, ni apreciada y se pone de nuevo en contacto en antena con el médico mediático Dr. Monroe. Homer escucha el programa radiofónico e invita a Marge a pasar una noche romántica.

La niñera que cuida de los niños resulta una peligrosa ladrona, pero los niños se las ingenian para dejarla fuera de combate. Consiguen contactar con la policía, pero mientras tanto Homer la libera y la delincuente consigue escapar.

El mensaje que queda de fondo es que hay que tener mucho cuidado con quién se deja entrar en el hogar. Se repite el omnipresente mensaje de defensa de la familia.

Conclusiones de la primera temporada de los Simpsons

No se pueden albergar dudas en cuanto a la visión crítica y desmitificadora que la serie hace sobre los poderes fácticos y las más sagradas instituciones. Es cierto que nadie escapa a sus ácidas y corrosivas sátiras.

Homer es un padre egoísta, ignorante e irresponsable que pierde el tiempo bebiendo con los perdedores en el bar de Moe. Skinner no es un educador modelo, tampoco lo son el reverendo Lovejoy y ni su esposa. Peor parados salen el incompetente jefe de policía Wiggum o el alcalde que resulta corrupto hasta un punto solo comparable al del plutócrata local, el codicioso Montgomery Burns, que representa lo más mezquino del capitalismo salvaje.
El Sr. Burns está entresacado del arquetipo de Nosferatu. Su complexión y la posición de las manos son inconfundibles en la expresión del vampiro de Murnau, aunque su busto está quizá más cerca del Drácula de Coppola. Este modelo resulta muy acertado para dar mayor profundidad al personaje, si tenemos en cuenta la cita de Malcolm X: “Muéstrame un capitalista y yo te enseñaré un chupador de sangre”.
Mención aparte merecen los medios de comunicación (sobre todo la TV), siempre dispuestos a difundir bulos y noticias escandalosas. En cuanto a Krusty (personaje mediático por excelencia) es capaz de sacar cualquier línea de productos que le permita continuar con su trepidante ritmo de vida lleno de apuestas absurdas y derroches descabellados.

Sin embargo, y a pesar de su carácter trasgresor, Los Simpson dista mucho de ser una serie subversiva, como algunos pretenden. En cuanto a que realiza una sistemática defensa de la familia.

Lo mismo cuando hay problemas económicos, que cuando se afrontan conflictos de pareja, la serie resuelve todas las amenazas para que las situaciones de enfrentamiento queden en simples malentendidos y todo se resuelva. Cargando, sin tapujos sobre cualquier elemento que ponga en peligro la institución familiar.