Director de La tumba de las luciérnagas (Grave of the fireflies, 1988): Isao Takahata

Seita y la pequeña Setsuko se quedan huérfanos a causa de la guerra y después de vivir una temporada con su tía y, a pesar de su corta edad, deciden irse a vivir por su cuenta. A partir de ese momento mantienen una durísima lucha por sobrevivir, que solo se mantiene gracias al amor que ambos comparten.

La tumba de las luciérnagas es una obra de arte excepcional, una de las mejores películas de animación que se han realizado. Lejos de la artificiosidad y vacío generalizado del manga, la firma Ghibli nos regala esta historia llena de sensibilidad, que demuestra hasta dónde pueden llevarse los límites del género.