La gente débil nunca se da por vencida cuando debería
Para un ministro es todavía más dañino decir cosas sin sentido que hacerlas
Un hombre que no se fía de si mismo nunca podrá confiar en otro
La gente débil nunca se da por vencida cuando debería
Para un ministro es todavía más dañino decir cosas sin sentido que hacerlas
Un hombre que no se fía de si mismo nunca podrá confiar en otro