Director de El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons, 1942): Orson Welles
Por aquellos días, sobraba tiempo para todo: tiempo para patinar en trineo, para bailes, para asambleas y para cotilleos. Y para celebrar las fiestas del año nuevo
La vida y el dinero se escapan como bolitas de mercurio entre los dedos. Y cuando se han ido no sabemos adónde ni qué diablos hemos hecho de ellos
La murmuración no es fatal hasta que se niega
Nadie tiene un buen nombre en una mala boca. Nadie tiene un buen nombre tampoco en la boca de un necio
No hay viejos tiempos. Han muerto. No hay más tiempos que los nuevos tiempos