Director de Siempre hay un mañana (There’s Always Tomorrow, 1955): Douglas Sirk

El amor es una cosa imprevisible, es algo muy difícil de definir. Cuando eres joven y estás enamorado, no importa nada salvo su propia satisfacción. Lo trágico de hacerse mayor es que ya no se suelen hacer locuras

Yo nunca he sabido querer, solo he sabido aceptar cariño. Esto es lo más difícil de aprender en la vida: dar amor

A mi edad el cumpleaños es el momento de volver los espejos en la pared