Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino