Cuando los hombres no tienen otra cosa en qué ocupar su mente, se dedican a pensar
El amor, como el sarampión, todos tenemos que pasarlos
Es imposible disfrutar vaguear completamente a menos que uno tenga un montón de trabajo que hacer
La pereza, como los besos, para ser dulce tiene que ser robada
Me gusta y me fascina el trabajo. Podría estar sentado horas y horas mirando a otros cómo trabajan