Nuestras raíces son los hijos. Somos árboles al revés, que arraigan por sus frutos
Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él
Nuestras raíces son los hijos. Somos árboles al revés, que arraigan por sus frutos
Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él