Autor de Dar y recibir (Give and Take): Adam H. Grant

Dar y recibir, de Adam H. Grant, explora el poder de la generosidad y la reciprocidad en el éxito personal y profesional. Ayudar a los demás y crear relaciones de intercambio puede ser una forma efectiva de alcanzar la felicidad y el éxito.

El principio de dar y recibir; la diplomacia consiste en eso: dar uno y recibir diez – Mark Twain

La generosidad puede ser una herramienta poderosa para construir relaciones positivas y para alcanzar el éxito. Ayudar puede ser una forma muy efectiva de construir relaciones y de crear oportunidades.

Todo hombre debe decidir si piensa caminar bajo la luz del altruismo creativo o en la oscuridad del egoísmo destructivo – Martin Luther King Jr.

Grant explora cómo la capacidad de recibir ayuda y apoyo puede ser esencial para el éxito personal y profesional. Destaca la importancia de ser capaces de pedir ayuda y de reconocer la contribución de los demás a nuestro éxito.

Siempre está bien recordar que el universo, con una insignificante excepción, está integrado por otras personas – John Andrews Holmes

La reciprocidad es esencial para construir relaciones duraderas y beneficiosas. Como forma efectiva de construir relaciones de confianza y de crear oportunidades mutuas.

Cuando tratamos al hombre como lo que es, lo hacemos peor de lo que es; cuando lo tratamos como si ya fuera lo que potencialmente puede ser, lo hacemos como debería ser – Atribuida a Johann Wolfgang Von Goethe

Dar y recibir son dos caras de la misma moneda, y ambos son importantes para alcanzar el éxito en la vida.

Habla con suavidad, pero con un gran garrote en la mano – Theodore Roosevelt

Los altruistas inteligentes, aunque menos altruistas que los altruistas no inteligentes, siempre serán más aptos que los altruistas no inteligentes y los individuos egoístas – Herbert Simon

Ninguna buena obra queda sin castigo – Atribuida a Clare Boothe Luce

Por más egoísta que quiera suponerse al hombre, existen evidentemente algunos principios en su naturaleza que lo llevan a interesarse en la suerte de los otros, de tal modo que su felicidad se le hace necesaria, aunque de ella nada obtenga excepto el placer de presenciarla – Adam Smith