Autor de El Arte de pensar (The Art Of Thinking Clearly): Rolf Dobelli

El Arte de Pensar, de Rolf Dobelli, descubre nuestra irracionalidad y los errores de lógica que cometemos a diario.

Si cincuenta millones de personas afirman una tontería, no se hará realidad por eso – Somerset Maugham

Sobreestimamos sistemáticamente nuestras habilidades en muchas áreas de la vida. Podemos controlar y predecir mucho menos de lo que pensamos.

Los hechos no dejan de existir solo por obviarlos – Aldous Huxley

Creemos que somos mejores de lo que realmente somos y automáticamente buscamos información que nos confirme en nuestras creencias preexistentes. También tenemos preferencia por las personas exóticas y una selección de cosas pequeñas en lugar de grandes.

Lo que mejor sabe hacer la gente es tamizar la nueva información para que las opiniones existentes permanezcan intactas – Warren Buffett

Solo percibimos una cantidad limitada de las cosas que tenemos frente a nosotros y no sabemos cómo hacer juicios absolutos. Y nuestras decisiones están guiadas por nuestras emociones y por la forma en que se comportan las personas que nos rodean.

Es difícil hacer entender algo a alguien cuando sus ingresos dependen de no entenderlo – Upton Sinclair

Tendemos a seguir lo que hace el grupo, y nos conformamos para evitar que nos excluyan; interpretamos la información para que encaje con nuestra imagen de nosotros mismos y nuestras creencias preexistentes; determinamos el valor de las cosas en función de su disponibilidad y comparándolos con los demás.

En la comunidad, es fácil vivir según ideas ajenas. En la soledad, es fácil vivir según las ideas propias. Pero solo es notable el que, en la comunidad, conserva la independencia – Ralph Waldo Emerson

Tendemos a quedar absortos por lo interesante: ya sean historias convincentes o explicaciones exóticas.

Nuestra atención es muy selectiva y limitada. Tomar decisiones puede ser tedioso, especialmente cuando se enfrenta a muchas opciones posibles.

Nos gustan los demás si son atractivos, nos halagan o nos recuerdan a nosotros mismos. Los sentimientos guían nuestras decisiones más de lo que pensamos.

Te guste o no, sobreestimas tus habilidades como todos los demás. Una buena forma de combatir esta tendencia es invitar a tu amigo (o mejor aún, a tu enemigo) a tomar un café y pedirle su opinión sincera sobre tus fortalezas y debilidades.