Autor de El imperio de lo efímero (The empire of fashion): Gilles Lipovetsky

La raíz de las ideas de El Imperio de lo Efímero están basadas en postulados de Adorno y Horkheimer: La fusión monstruosa de cultura, publicidad y diversión industrializada termina manipulando y estandarizando las conciencias. Según Jurgen Habermas el listo-para-consumir mediático reduce considerablemente la capacidad de raciocinio y de crítica.

Para Guy Debord la falsa conciencia y alienación de la pseudo cultura del espectáculo lleva a la cretinización y degradación mediática, promoviendo una democracia que funciona como un totalitarismo Soft, una organización totalitaria de la apariencia y alienación generalizada.

Para Yves Saint Laurent el cambio social se nota en que antes una hija quería ser como su madre, pero actualmente sucede lo contrario: la madre quiere ser como la hija. La gente ya no desea ser elegante, quiere seducir.

Marcuse proclama la racionalidad de la irracionalidad: la sociedad es imitación en busca de moda individualidad: jeans, hippie, rasta, punk, sport, ska, skin…

Gagbaith nos habla del condicionamiento global y Lefebvre de la sociedad terrorista y Baudrillard del sistema fetichista y perverso que perpetúa la dominación clasista, convirtiendo la moda en la columna vertebral de la sociedad de consumo, proporcionando distinción social y valores de clase. A la vez la publicidad es el cosmético de la comunicación: descalifica completamente el ahorro en busca del placer inmediato, individualidad y autonomía personal.

Tocqueville defiende que el razonamiento individual está basado, cada vez más, en los canales de información en vez de en los contactos y relaciones interpersonales. El hombre democrático, amante de la libertad, está dispuesto a renunciar a sus derechos para sofocar el desorden ¿Pueden usar los poderes fácticos la amenaza del terrorismo para recortar las libertades?