Autor de Posverdad (Post-Truth): Lee McIntyre

Posverdad, de Lee McIntyre, muestra la manipulación a través de creencias y emociones para influir en las actitudes sociales y la opinión pública.

el posmodernismo es el padrino de la posverdad

Lee McIntyre trata sobre los hechos alternativos se imponen a la realidad y las emociones reemplazan a la racionalidad.

El propio concepto de verdad objetiva está desapareciendo del mundo. Las mentiras pasarán a la historia – George Orwell

Lee McIntyre analiza las mentiras de la industria tabaquera en la década de los 50 con una estrategia deliberada de negacionismo científico, que tiene un segundo capítulo en el Evolucionismo, la negación de la influencia humana en el Cambio climático.

En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario – George Orwell

Lee McIntyre también trata los sesgos cognitivos y de confirmación que fomentan la credulidad del público para convencerle de teorías locas, muy a menudo conspiranoicas.

Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es verdadero – Aristóteles

Señor, cuando cambian los hechos cambio mi opinión. ¿Qué hace usted? – John Maynard Keynes

La gente puede prever el futuro solo cuando coincide con sus propios deseos, y los hechos más groseramente evidentes se pueden ignorar cuando son desagradables – George Orwell

En Posverdad se analiza el papel de medios de comunicación de masas en su pale difusor de noticias absurdas que se hacen eco de las más absurdas teorías pseudocientíficas.

Es difícil conseguir que un hombre crea algo cuando su salario depende de que no crea en eso – Upton Sinclair

Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que se publique: todo lo demás son relaciones públicas – George Orwell

Gran parte del pensamiento de izquierdas consiste en cierto modo en jugar con fuego por parte de gente que ni siquiera sabe que el fuego quema – George Orwell

Nos hemos hundido hasta una profundidad en la cual la reformulación de lo obvio es el primer deber de los hombres inteligentes – George Orwell